El miércoles de la semana pasada La Izquierda Diario informaba de la nueva incorporación que les hermanes Milei hicieron a su caterva de funcionarios. Se trata de Diego Kravtez, exkirchnerista, exmacrista y ahora flamante subsecretario (es decir, número dos) de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Un verdadero producto premium de “la casta” que no dudó en aceptar la oferta de La Libertad Avanza para saltar el cerco y dejar su cargo de secretario de Seguridad porteño y, con ello, las filas del PRO.
Pocas horas después del anuncio de la incorporación de Kravetz al Gobierno nacional, en un cargo de alta exposición pero a la vez muy vidrioso, el periodista Carlos Pagni escribió una nota en La Nación donde daba detalles de lo que calificó como “el oscuro trasfondo del salto de Kravetz”.
Pagni recuerda que el funcionario “fue el jefe de la campaña de (Néstor) Grindetti a la gobernación” y que “a la cabeza de ese emprendimiento político estaba Patricia Bullrich, frustrada aspirante a la presidencia. Estos datos se vuelven relevantes cuando se recuerda que el marketing electoral de esa aventura de Grindetti estaba a cargo de Move, la consultora de Rodrigo Lugones, Derek Hampton, Guillermo Garat y, este es el nombre clave, Santiago Caputo”.
El “asesor” estrella de Milei, como se sabe, es a la vez el jefe político del productor mediático Sergio Neiffert, hoy máxima autoridad de la SIDE. Pero según el cronista, la llegada de Kravetz a “La Casa” produjo “cierta inquietud en el bajo fondo del espionaje”, ya que supuestamente viene de ser “víctima de algunas operaciones desagradables surgidas del subsuelo”. Y allí menciona (sin mostrarlo) un video filmado hace más de dos meses en el que se ve a Kravetz (cinturón negro de karate) “enfrentando” a un “delincuente que le quiso robar el celular a su pequeño hijo”.
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Las versiones más coincidentes dicen que el suceso se produjo la noche del 17 de octubre en pleno barrio de Palermo. Más allá de los detalles, lo cierto es que se produjo mientras Kravetz era el secretario de Seguridad de la administración de Jorge Macri y, al mismo tiempo, el jefe de la Policía de Ciudad. La no vilarización inmediata del video se explica, precisamente, por el alto rango del protagonista.
Pagni asegura que los propios servicios de inteligencia quisieron extorsionar a Kravetz, amenazando con la difusión (y eventual judicialización) del video, aunque finalmente la cosa “quedó en la nada”. Detrás de ese movimiento el cronista menciona a Lucas Nejamkis, “el secretario privado del tenebroso Antonio ‘Jaime’ Stiuso”, quien ahora estaría preocupado por el desembarco del mismo Kravetz en los despachos más cotizados de la SIDE.
Pese a los tironeos habituales en esas “cloacas” (¿o cimientos?) del Estado, el video finalmente se viralizó. Es más que probable que quien lo haya difundido entre políticos y periodistas sea uno de los “servicios” que, pese al paso de los años y las administraciones, siguen reportando al exjefe “Jaime”.
Durante el fin de semana varios medios publicaron el video que ya estaba circulando por redes sociales. A diferencia de Pagni, que llamó “incidente callejero” a la golpiza de Kravetz a un menor rodeado por la Policía, otros cronistas prefirieron hablar de “violento episodio” y “golpiza”. A juzgar por lo que se ve en la grabación, razón no les falta.
Allí se ve a Kravetz (que además de taekwondista ostenta un porte de peso) descargando no menos de dos trompadas a un pibe (que podría ser su hijo) que no tenía forma de defenderse y pedía por favor que no le peguen. Supuestamente la Policía acababa de detenerlo por haber sido señalado como quien le robó el teléfono al menor de los críos del funcionario. En el video se ve a varios efectivos “custodiando” la escena, sin intentar detener a su jefe y procurando que el pibe no atinara a ningún movimiento de resistencia.
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Según varios medios, el video lo grabó “el portero de un edificio vecino”, a quien luego habría entrevistado el diario Perfil. Según ese testimonio, “vino un patrullero y le pidió la documentación al chico. Tenía el DNI, pero no tenía el celular (…) Un agente llamó al funcionario, que vino desde la calle Cabello y le pegó una cachetada al menor de edad sin mediar palabra (…) Después se hizo la denuncia y el hijo del funcionario declaró que no era el chico que le robó el celular. El chico estaba deambulando por acá porque tenía turno a primera hora de la mañana en el Hospital Fernández”.
La denuncia la realizó la madre del adolescente, quien aparentemente supo mucho después que quien atacó a su hijo era nada menos que el jefe de la Policía. El expediente se tramita en la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas 39 de CABA, especializada en “delitos de funcionarios públicos” y conducida por el fiscal Hernán Biglino.
La Defensoría del Pueblo porteña tomó el caso y Kravetz ya fue acusado por un defensor oficial como autor de “abuso de autoridad e incumplimiento de deberes de funcionario público”. Pero hasta el momento, según trascendió, la causa MPF 1078298 caratulada “D.K. Art. 248” no tuvo ningún avance.
El video, pese a estar editado con cortes, permite ver que el pibe nunca se resiste a ser detenido y que los propios policías lo mantienen controlado con cierta “tranquilidad”. El único violento en toda la escena es Kravetz, supuestamente motivado por el robo a su hijo. Tampoco se ve en el video que al joven se le secuestre teléfono alguno (le revisan los bolsillos y una billetera) ni que lo hubieran esposado.
Probablemente, si Kravetz no hubiera pegado el salto de la administración macrista a la mileísta, el video no se hubiera filtrado. Lo cual hace pensar, con altas dosis de razonabilidad, que además de las huestes de Stiuso pueden haber metido mano en el asunto los sectores del espionaje ilegal ligados a Mauricio Macri. La interna de la derecha argentina (como la de todos los partidos que gobiernan en el régimen capitalista) siempre tiene estos “condimentos”.
Hay otro dato que suma opacidad al asunto. En la causa abierta en el juzgado Nacional de Menores 2 por el supuesto robo del celular de su hijo, figura la declaración que hizo Kravetz como “testigo” ante la propia Policía. Allí, según difundió el periodista Pedro Lacour en elDiarioAR, “el funcionario relató que se encontraba en su domicilio, cuando su hijo llegó alterado y le dijo que, mientras caminaba por la intersección de Salguero y Cabello, había sido interceptado por dos hombres que intentaron robarle el celular”.
Kravetz dice que salió a buscarlos, que fue caminando hasta esa esquina, que vio “a dos personas cuyas características coincidían” con las que le había descripto su hijo, pero que al intentar detenerlos salieron corriendo. Agregó que al ver un patrullero se acercó para avisar, que comprobó que los efectivos ya habían detenido a uno y que entonces habló con el subcomisario Juan Salomón. Finalizó contando que al otro “sospechoso” lo agarraron en Libertador y Coronel Díaz, y que se dirigió allí en otro patrullero.
Según lo declarado por Kravetz, parecería que él nunca le pegó a nadie y mucho menos a una persona de la edad de sus hijos, indefensa y rodeada de una banda policial. Y, si bien el video ya lleva viralizado varios días, el ahora número dos de la SIDE ni siquiera se animó hasta el momento a dar su versión de los hechos, ni en los medios ni en sus redes sociales.
Les hermanes Milei se la pasan hablando de “libertad”, “transparencia”, “odio a la casta” y muchas otras generalidades. Pero con Kravetz y la caterva de funcionarios que los caompañan demuestran cuán lejos están esos conceptos del verdadero decálogo libertariano.
Puede que con los aparentes “alivios” económicos basados en el descenso de la inflación y la “tranquilidad” del dólar mucha gente responda favorablemente cuando se le pide un balance del primer año de Gobierno libertariano. Pero los hechos son los hechos y no hay ejército de trolls que pueda desmentirlos. Lo más podrido y abyecto de la casta está de parabienes. Hay que enfrentarlos sin tregua. Como lo hace la izquierda.