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Aumenta la heterogeneidad laboral

En el tercer trimestre del año, la desigualdad se mantuvo relativamente estable, según los indicadores difundidos por Indec el jueves. Sin embargo, llamó la atención la fuerte brecha de ingresos entre los asalariados con y sin descuentos jubilatorios. Estos últimos se relacionan con actividades informales y percibieron 334.819 pesos de ingreso promedio, versus 810.560 pesos entre los formales. También se mantiene en los niveles más altos de los últimos años la brecha por género, que alcanzó un 27,7 por ciento a favor de los varones.

En el tercer trimestre aumentó levemente la desigualdad de ingresos medida por Indec a través del coeficiente de Gini. El valor de este indicador fue 0,435, similar al del trimestre anterior y a igual trimestre de un año atrás, teniendo presente que el valor cero implica una igualdad absoluta en los ingresos de la población –y por tanto no es asequible- mientras que el valor uno representa la desigualdad total. La desigualdad venía incrementándose con fuerza desde el segundo trimestre de 2023, pero los últimos dos trimestres se estancó en el nivel indicado que es compatible con el promedio de la última década.

Argentina es a su vez uno de los países con menor Gini de Latinoamérica, el promedio de la región fue 0,452 en 2023 con un Brasil mucho más desigual (0,515) que Uruguay (0,404), según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). En Paraguay, el Gini fue 0,462 en 2023.

Brechas

Por otro lado, la brecha distributiva calcula el cociente entre la mediana del ingreso per cápita familiar de la población perteneciente al decil más rico de la sociedad versus la del decil más pobre, y en el tercer trimestre del año fue de fue de 14 veces, también en los mismos niveles que un trimestre atrás e igual período para el 2023.

El ingreso individual promedio per cápita, que corresponde a 29.720.157 personas según la muestra del Indec, alcanzó los 649.163 pesos entre julio, agosto y septiembre. Cabe aclarar que los datos de ingreso derivados de esta encuesta suelen estar subestimados debido a la subdeclaración de los estratos más ricos de la población. En promedio el ingreso de los cuatro deciles más pobres de la sociedad fue de 212.282 pesos en el tercer trimestre, en el caso del decil 5 al 8 fue de 603.688 mientras que en los dos deciles más ricos promedió 1.614.039 pesos.

En cuanto a la brecha de ingresos por género según la remuneración por la ocupación principal, fue del 27,7 por ciento, una de las más altas de los últimos años. La brecha de género –muchas veces cuestionada por el propio presidente Milei- viene subiendo con fuerza desde el cuarto trimestre de 2023.

Respecto de la ocupación principal, el informe del Indec revela que 9,8 millones de personas conforman el total de los asalariados en la muestra. El ingreso medio de los mismos fue 640.470 pesos y se observa una marcada diferencia en los ingresos medios de la población con descuentos jubilatorios (810.560 pesos) y quienes no lo tienen y se infiere trabajan en la informalidad (334.819 pesos).

Esta elevada brecha viene siendo señalada por el centro de investigaciones Fundar, en un documento reciente hablan de “las tres heterogeneidades” para referirse a la discrepancia de los ingresos entre trabajadores registrados versus el resto de las categorías de empleo (como es el trabajo informal y por cuentapropia), en primer lugar, luego entre empleados del sector público y el privado, y por último al interior de los trabajadores con paritarias privadas.

En el caso de los hogares, los ingresos laborales representaron el 77,5 por ciento de los ingresos totales, mientras que los ingresos no laborales alcanzaron el 22,5 por ciento restante, tratándose estos últimos de jubilaciones o pensiones, alquileres, cuotas de alimentos o ayudas en dinero de otros hogares, subsidios o ayuda social del gobierno.

Respecto a la relación de dependencia en los hogares, la cantidad de personas no ocupadas fue de 122 por cada 100 ocupadas, mientras que la cantidad de no perceptoras de ingreso fue de 59 por cada 100 perceptoras. Esta relación es mayor en el caso de los deciles más bajos. Para el decil 1, por ejemplo, es igual a 256 personas no ocupadas cada 100 ocupadas y 126 no perceptoras cada 100 perceptoras, si se ordenan los hogares según ingreso per cápita familiar. En el mismo trimestre del año anterior, los valores eran de 254 y 148, respectivamente. En el caso del decil 10, los valores correspondientes son iguales a 39 no ocupados cada 100 ocupados y 21 no perceptores cada 100 perceptores.

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