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El mercado apuesta a que el dólar siga en calma durante el verano, apuntalado por el carry trade

Los ojos del mercado local vuelven a posarse sobre el precio del dólar. No sólo por las fuertes bajas de las últimas jornadas, que hicieron que las cotizaciones paralelas quedaran prácticamente a la par del tipo de cambio oficial, sino también tras la reciente baja de tasas de interés que dispuso el Banco Central, que empezó a aplicar desde el viernes.

De acuerdo con los operadores del mercado consultados por iProfesional, todo parece indicar que la tendencia de los dólares paralelos se mantendrá por un tiempo, entre estables y bajistas, más allá de eventuales rebotes que podrían darse en distintas jornadas, lo cual es habitual tras una seguidilla de caídas. 

De hecho, a diferencia de otros momentos, el viernes pasado no hubo reacción alcista tras el recorte de tasas de interés. Los 3 puntos porcentuales que recortó el Banco Central sobre los rendimientos en pesos, que llevaron a la Tasa Nominal Anual (TNA) al 32%, no sólo no hizo subir a los dólares paralelos, sino que siguieron cayendo.

Tras las últimas bajas, las cotizaciones alternativas del dólar, como el MEP y el blue, quedaron en torno a $1.050, aún más cerca del tipo de cambio oficial, que en el caso del minorista avanzó a $1.045 en el promedio de los bancos (en varios, por encima de los $1.050 de los paralelos) y $1.015,5 en el segmento mayorista, donde operan los bancos, grandes compañías y el Banco Central.

Dólar: el mercado apuesta a la paz cambiaria durante el verano

El economista Gustavo Ber afirma que las bajas de los dólares paralelos están sostenidas por el actual contexto económico y financiero del país y afirma que la calma cambiaria se mantendrá por un tiempo más y no será interrumpida por los menores rendimientos de los instrumentos en pesos.

El economista sostiene que, a pesar de las menores tasas de interés, la convergencia de las cotizaciones paralelas del dólar con el tipo de cambio oficial se extendería en el corto y mediano plazo, en medio del proceso de desaceleración de la inflación.

En cuanto al cobro de aguinaldos después de mediados de diciembre, Ber estima que podría haber mayor demanda de dólares por parte de los trabajadores que quieran dolarizar ese ingreso, pero «en este contexto viene prevaleciendo la mayor oferta de divisas y mientras siga el proceso de desinflación y se reduzca el ritmo de devaluación mensual del oficial debería extenderse la calma cambiaria».

En tanto, el analista financiero Christian Buteler descarta efectos alcistas sobre el mercado cambiario tras el recorte de tasas de interés a los instrumentos en pesos. En ese sentido, resalta que el Central anunció la medida el jueves pasado, tras el cierre de mercados, y en la jornada del viernes la tendencia bajista de las cotizaciones se mantuvo.

Igualmente, de acuerdo con el analista, a los dólares paralelos ya no les queda mucho margen para caer más. Esto se debe a la poca brecha que queda con el tipo de cambio oficial, el cual actuaría como un piso para las cotizaciones paralelas del dólar.

Buteler señala que posiblemente las vacaciones de verano, que empezarán en las próximas semanas, harán que se incremente la demanda de dólares por parte de aquellos que viajarán al exterior, pero cree que, en principio, mientras los inversores sigan apostando al carry trade, no debería haber grandes presiones sobre los dólares alternativos.

«Además, los salarios vienen bastante golpeados. Siempre puede haber alguien que tenga capacidad de ahorro y pueda dolarizar, aprovechando lo bajo del tipo de cambio. Pero no veo es que sea un volumen de tal magnitud que cambie esta tranquilidad cambiaria. Creo que eso pasará cuando el mercado deje de apostar al carry trade o quiera dolarizar las ganancias frente a un dólar que está muy bajo», agrega.

El pronóstico de expertos también se refleja en el último informe publicado por el BCRA donde recopila las estimaciones de más de 40 economistas para el precio del dólar e inflación que muestran una tendencia a la baja. 

Los analistas que participaron en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) proyectaron que la mediana de tipo de cambio nominal se ubicó en $1.021 para el promedio del presente diciembre, lo que implicaría una suba mensual promedio de 2% de la paridad cambiaria. Cifra que indicaría que en todo el 2024 el dólar oficial ascendió 59%.

En tanto que para enero y febrero del 2025 prevén un tipo de cambio de $1.042 y $1.062, respectivamente.

Estas cifras muestran que no ven en el horizonte cercano un salto del dólar, aunque tampoco observan una reducción del crawling peg por debajo del 2% mensual. 

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El mercado espera calma cambiaria

Dólar: cuáles son los riesgos que observa el mercado

El equipo de research de la consultora Outlier resalta que el desplome de la brecha cambiaria está teniendo lugar en un momento en el que por cuestiones estacionales hay mayor demanda de pesos para afrontar gastos en moneda local y estima que el Gobierno aprovechó el contexto favorable para avanzar con el recorte sobre las tasas de interés de los instrumentos en pesos.

«En diciembre, el aumento estacional de la demanda de pesos todavía jugará a favor, posponiendo reacciones y hasta pudiendo empujar a la brecha cambiaria a niveles aún más bajos. Pero, después, nuevas tensiones podrían volver a suscitarse entre los dólares paralelos en la medida que, aun con menor ritmo de devaluación mensual del oficial, las expectativas de devaluación tuerzan al alza», advierte LCG. 

Sobre todo, de acuerdo con la consultora económica, si la eventual perspectiva de los inversores del mercado financiero respecto a una corrección del tipo de cambio oficial después de las elecciones legislativas de 2025 se hace «más palpable» en los próximos meses y se generan «movimientos especulativos» durante la previa electoral.

En tanto que Buteler plantea que el «lado B» del «súper peso»: el riesgo de tener una brecha negativa. «Si los tipos de cambio financieros llegaran a caer por debajo del dólar mayorista -el precio al que el Banco Central compra dólares-, la entidad podría enfrentar una presión adicional sobre sus reservas. En este escenario, por cada dólar que compre, el Banco Central tendría que vender más dólares de los que adquiere para absorber la misma cantidad de pesos emitidos. Por ejemplo, con un dólar oficial en $1.020 y los dólares financieros en $1.000, por cada 100 millones de dólares adquiridos, el Banco Central necesitaría vender 102 millones, generando una dinámica insostenible a largo plazo», explica.

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