La alimentación saludable cobra cada vez más protagonismo en nuestra vida diaria y muchas personas se encuentran en la búsqueda de alternativas más nutritivas a los productos hechos con harinas ultra procesadas. En este sentido, algunos cereales ganan cada vez más popularidad.
En los últimos años, se comenzó a comprender los efectos negativos que tienen los alimentos ultraprocesados en la salud. Las harinas refinadas son uno de los componentes que más preocupan, ya que su consumo excesivo se relaciona con problemas como el aumento de peso, picos de azúcar en la sangre, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo al medio especializado en nutrición Souper Sage, la avena y la harina integral se presentan como dos alternativas saludables que pueden sustituir las harinas refinadas y cada una tiene características únicas que las hacen ideales para diferentes necesidades y preferencias. Vale aclarar que siempre es recomendable consultar con un nutricionista antes de incorporar cualquier alimento nuevo.
La harina integral se elabora a partir del grano de trigo completo, lo que significa que conserva todas las partes del grano: el salvado, el endospermo y el germen. Gracias a esto, según Mayo Clinic, contiene una mayor cantidad de fibra, vitaminas del grupo B, vitamina E, minerales como hierro, magnesio y zinc, y antioxidantes naturales.
Por todo esto, la harina integral es una excelente opción para aquellas personas que buscan mejorar su salud digestiva gracias a su alto contenido de fibra, así como para quienes desean controlar su peso o sus niveles de azúcar en la sangre. Es ideal para personas con problemas de estreñimiento, ya que la fibra facilita el tránsito intestinal, y para quienes desean reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, al ayudar a disminuir el colesterol.
Además, es una buena alternativa para aquellos que buscan prevenir la diabetes tipo 2, ya que ayuda a mantener estables los niveles de glucosa. La harina integral es también recomendada para quienes desean incrementar el consumo de nutrientes esenciales como vitaminas y minerales, especialmente aquellos que desean mejorar su salud ósea o fortalecer su sistema inmunológico. Asimismo, es una elección adecuada para personas mayores que necesitan mejorar su salud digestiva y mantener una dieta equilibrada, así como para niños que necesitan nutrientes para su crecimiento y desarrollo.
Por el contrario, la harina integral no se recomienda para personas con problemas gastrointestinales graves, ya que el alto contenido de fibra puede irritar el sistema digestivo. Tampoco para aquellos que tienen intolerancia al gluten o enfermedad celíaca, ya que la harina integral de trigo contiene dicha proteína.
La avena
En la otra esquina del ring de las elecciones saludables se encuentra la avena, un cereal altamente nutritivo que contiene carbohidratos complejos, proteínas de buena calidad, grasas saludables y una cantidad considerable de fibra soluble. Además, es rica en vitaminas del grupo B, vitamina E, y minerales como hierro, calcio, magnesio y zinc, como indica el medio especializado Healthline.
En este caso, la avena es ideal para personas que desean mejorar su salud cardiovascular gracias a su contenido de betaglucano, el cual ayuda a reducir el colesterol LDL y a mejorar la salud del corazón. También es una excelente opción para aquellos que buscan mantener niveles de azúcar en la sangre estables, como personas con prediabetes o diabetes tipo 2, ya que la avena tiene un bajo índice glucémico, lo que contribuye a una liberación lenta y sostenida de glucosa en el organismo. Además, es adecuada para personas que desean controlar su peso, debido a su capacidad saciante.
La avena también es beneficiosa para deportistas y personas físicamente activas, ya que proporciona energía de liberación lenta, lo que permite mantener un buen rendimiento durante actividades prolongadas, como correr o entrenar en el gimnasio. Y es rica en aminoácidos esenciales que ayudan en la recuperación muscular, por lo que también es ideal para aquellos que practican específicamente deportes de fuerza o resistencia.
Además, este cereal es una buena opción para quienes buscan una fuente de proteínas de buena calidad, especialmente para vegetarianos y veganos que desean diversificar sus fuentes proteicas.
Por último, la avena puede ser adecuada para personas con problemas digestivos leves, como el síndrome de intestino irritable, ya que su contenido de fibra soluble ayuda a suavizar el proceso digestivo y mantener la salud intestinal.
Sin embargo, este cereal muchas veces no se recomienda para personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca, ya que aunque la avena en sí no contiene gluten, puede estar contaminada con trazas durante su procesamiento. También debe ser evitada por quienes tienen alergia a la avena, lo cual, aunque poco común, puede causar síntomas como erupciones cutáneas, entre otros. Además, algunas personas con problemas gastrointestinales graves, podrían no tolerar bien debido a su contenido de fibra, que podría agravar los síntomas de inflamación.