InicioEspectáculosSe estrena "El puente" de Carlos Gorostiza, obra de una inocultable vigencia

Se estrena «El puente» de Carlos Gorostiza, obra de una inocultable vigencia

“Construí mi personaje a partir de la frustración propia y profunda de no haber podido cambiar el mundo”, dice Juan Trzenko, quien protagoniza “El puente”, de Carlos Gorostiza, que se estrena el sábado a las 21.30 en Andamio 90.

Con adaptación y dirección de Pablo Gorlero, esta obra que se estrenó en 1964 se repite en la actualidad, en un barrio porteño de clase media baja donde perdura una casona de familia acomodada. El simbolismo del puente aparece como vía de comprensión o de ruptura entre antagonistas sociales, no sólo marginados y pudientes sino entre individualidades complejas.

Completan el elenco Flor Cubelo, Mariel Rueda, Agustina D´Angelo, Ivana Averta, Nicolás Cúcaro, Elián Harper, Mauricio Méndez, Diego Semino, Joaquín Ceballos, Micaela Neve, Pablo Pallaman, Lautaro Pérez Hilan, Juan Cruz Cortes y Facundo Leyrado. Conversamos con Trzenko.

Periodista: Esta obra que se estrenó en 1964 bien podría transcurrir hoy, ¿Cuál es la vigencia de este clásico?

Juan Trzenko: Gorostiza la escribió en 1949, en plena etapa peronista, de movimiento, de aparición de esta nueva clase en la vida social, los cabecitas negras. La vigencia tiene que ver con las distintas clases sociales, que si bien ese término está un poco difuso, en ese momento había una oligarquía agroganadera y lo demás eran los pobres, los negritos que venían a radicarse a la capital. Habla de las injusticias y son más viejas que la vida misma. tiene vigencia porque hoy más que nunca se resalta la meritocracia y esa realidad sigue presente.

P.: ¿Cuál es el conflicto en la obra y cómo se emparenta con la realidad de hoy?

J.T.: Gira en torno a la representación de la discriminación, porque sos pobre sos ladrón, sos pobre porque querés, ¿cómo podés ser pobre si tenés dos o tres trabajos? Esas son cuestiones que achaca esa familia. Tenemos tres trabajos pero no alcanza, que es lo que pasa hoy. Los sueldos magros, como si esa fuera una realidad inamovible, son pobres y analfabetos porque quieren, son negros.

P.: ¿Cómo construiste tu personaje y cómo se trabajó la puesta?

J.T.: Lo construí desde una experiencia propia, soy de la generación de los ‘ 70, en esos tiempos estaba en la flor de mi juventud, con ganas de cambiar el mundo, habiendo presenciado de lejos el mayo francés y la convulsión estudiantil en el mundo, habían ocurrido varias revoluciones y uno tenía la ilusión de cambiar las cosas. Pero fracasamos, no pudimos. Este personaje de padre de la familia rica fracasó y lo dice. Le dice a la hija que se alejó de su clase, que su espíritu pudo salir pero su cuerpo se quedó ahí para que lo albergaran. En mi caso no fue asi pero mi generación no pudo, porque se equivocaron el método, porque creyeron que con 300 tipos se podía, pero queríamos derrotar al capitalismo y no sólo está vivito y coleando sino que se perfeccionó con el neoliberalismo. A partir de esa frustración profunda construí a este papá, no abandonando sus pensamientos pero sí entregado a lo que no pudo cambiar.

P.: ¿Cómo ves el teatro y la cultura?

J.T.: La cultura se ve agredida porque un pueblo sin cultura es un pueblo fácilmente domesticable. El INCAA, el ataque a los artistas populares, a todo lo que es lugar de pensamiento y debate. Sin embargo la cultura hoy tiene anticuerpos, en CABA hay casi más espectáculos que en Nueva York, y nos seguimos juntando y resistiendo. Por eso hago teatro, por eso esta obra, por eso estrenamos esta y en junio “Incidente en Vichy”, que habla del nazismo, todo tiene que ver con todo. Los que hoy nos gobiernan los tildo de fascistas porque no soportan a los distintos y atacan la cultura, la educación pública, todos los que piensan distinto a ellos.

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