El Día del Niño por Nacer, celebrado el 25 de marzo, se convirtió en el escenario para que la vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, reafirmara su postura en contra del aborto legal y defendiera la causa de la vida desde la concepción.
Durante un seminario organizado en el Senado, Victoria Villarruel ofreció un discurso que no solo criticó la legislación vigente sobre la interrupción voluntaria del embarazo, sino que también abordó temas como la crisis demográfica y la importancia de las políticas públicas orientadas a proteger a las familias y las madres en situación de vulnerabilidad.
Villarruel comenzó su intervención destacando que la defensa de la vida es una causa central para el país y para la civilización. Según su perspectiva, el respeto por la vida humana debe ser el fundamento de las políticas públicas y el principal anhelo que guíe las decisiones del Estado.
En este sentido, la vicepresidenta criticó lo que denominó la «cultura de la muerte», que, según su visión, se manifiesta en la promoción de leyes que legalizan el aborto y en ideologías que contradicen la biología humana. Villarruel argumentó que esta «cultura de la muerte» genera una atmósfera de pesimismo y desaliento, presentando a los hijos como una carga en lugar de un signo de esperanza.
Para ella, esta perspectiva ha llevado a la implementación de políticas públicas reduccionistas que promueven una «cultura del descarte» y alimentan un proceso de deshumanización. En su discurso, la vicepresidenta fue tajante al criticar la legalización del aborto, afirmando que ofrecer esta opción a una mujer embarazada en dificultad es una forma de resignarse a la mediocridad.
Según Villarruel, el Estado debe ofrecer alternativas que permitan a las mujeres vivir sus embarazos con esperanza y alegría, en lugar de presentar el aborto como la única solución. También destacó que muchas madres en Argentina, especialmente aquellas en situación de vulnerabilidad, no encuentran el apoyo necesario para enfrentar sus embarazos.
Crisis demográficas
En este contexto, hizo un llamado a implementar políticas públicas globales que protejan a las madres y las familias, asegurando que puedan vivir con dignidad y esperanza. Otro tema central en el discurso de Victoria Villarruel fue la crisis demográfica que enfrenta Argentina, marcada por la tasa de natalidad más baja de su historia.
Según la vicepresidenta, este fenómeno representa una amenaza para las posibilidades de desarrollo nacional, ya que la población es el recurso más valioso de una nación. La Vicepresidenta subrayó que la solución a este desafío pasa por fortalecer las políticas públicas que apoyan a las familias y promueven la natalidad. Para ella, la familia debe ser el pilar fundamental para afrontar los desafíos del futuro, y el respeto por la vida desde la concepción es esencial para garantizar el crecimiento y la prosperidad del país.
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