Norberto Fernández, simplemente el ‘Beto’. Un tipo que ya había dejado una huella en Belgrano en su época de jugador, por
su juego y compromiso con la casaca Celeste. Pasó el tiempo, dejó el fútbol, se hizo entrenador e hizo una carrera como formador. Y en ese rol, también está dejando su impronta. Desde hace 16 años está en la estructura de divisiones juveniles del club y desde hace cuatro se destaca encabezando el cuerpo técnico de la Reserva, que año a año resalta por su protagonismo, formando jugadores que llegan a Primera y, además, con resultados notables.
Actualmente, la Reserva lidera el Torneo Proyección de AFA, viene de golear –al cierre de edición– 7 a 0 a Aldosivi. En medio de ese gran presente, en Perfil Córdoba dialogamos con el ‘Beto’ Fernández, quien también atraviesa una etapa personal muy valorada por los fanáticos del club de barrio Alberdi.
—¿Qué es lo que más te gusta de dirigir esta división, Reserva?
—Es lindo. Arranqué hace 16 años y siempre estuve en categorías con chiquitos, a la mayoría después los tuve en Reserva, eso es muy especial: ver crecer a los pibes, pasar por distintas etapas y estar para ayudarlos. Más allá de lo futbolístico, querés ayudarlos a que cumplan su sueño. Y demanda mucho, porque los tenés que preparar tanto en lo psicológico como en lo técnico, táctico y en lo físico. Lo bueno es que acá, en Belgrano, ya vienen con un proceso importante de formación, y nosotros los agarramos a los pibes bien preparados, para darles el último toque.
Formar. El ‘Beto’ es una muestra de lo que significa el entrenador de inferiores de un club como Belgrano. Porque el entrenador formador es una pieza clave en la estructura de cualquier institución: no solo enseña técnica y táctica, sino que también transmite valores fundamentales como el esfuerzo, la disciplina y el compañerismo. Su labor va más allá de los resultados, ya que moldea el carácter de los jóvenes jugadores. Es el primer referente en el camino del futbolista quien, con su guía, aprende a superar desafíos y a creer en su potencial. En ese marco, y más en el ‘Pirata’, este tipo de DT fomenta el sentido de pertenencia, construyendo una identidad que trasciende lo deportivo. Un buen formador deja huellas que perduran más allá de la cancha. Su trabajo es la base sobre la que se construye el futuro del club.
—Cuando llegan algunos de ellos a Primera, agradecen públicamente el acompañamiento del cuerpo técnico de Reserva. ¿Qué te genera?
—Es hermoso, es nuestra satisfacción. No nos damos el tiempo de disfrutar esa parte que es la más linda, porque ya aparece otro jugador y debemos estar atentos a ese momento. Una satisfacción grande fue cuando vino el ‘Cuti’ Romero al predio y me llamó para saludarme, ¡es hermoso! A él lo tuve en Octava y ahora verlo a dónde llegó es un orgullo para todos nosotros.
—¿Cómo está conformado el cuerpo técnico de la Reserva?
—Estoy con Leonardo Felicia, que es ayudante, pero todos somos importantes. Si bien yo soy la cabeza, todos somos importantes y necesitamos del compañero para potenciarnos cada uno. Entonces, estoy con el Leo, con Dino Mazzaforte, un excelente profe que hace años está en la estructura y pasó por algunos procesos de Primera. Eso está bueno, a veces tenés que pasar por Primera para crecer, porque no es lo mismo haber pasado como jugador. Te da otra mirada. Marcos Abrusky, kinesiólogo; Marcos Bazán, el utilero; Jonathan Marchetti, videoanalista; Noelia Sosa, la nutricionista, y Mayra Bertola, monitoreo de la carga externa con GPS.
—Ya van cuatro torneos siendo protagonista en Reserva, más allá de ser campeones o no, ¿qué significa?
—Está bueno. Cuando arrancamos nos pusimos metas. La primera vez en el campeonato de Reserva, en Primera veníamos de un año sin competir, pero trabajando; en ese momento estuvimos en Buenos Aires, jugamos ante Huracán y la Selección sub-20 y anduvimos dien. Cuando arrancamos a competir siempre fuimos por lo más alto. La meta es estar arriba, pero sin olvidar lo principal: preparar a los chicos para que lleguen al plantel de Primera. Y no lo cambiamos, por más que nos gustaría salir campeones, porque este proceso es muy lindo, subieron muchos chicos a Primera. Cada año es un nuevo desafío y siempre tratando de dar pelea. Es importante, también, que en Cuarta se está haciendo un trabajo bárbaro y llegan preparados.
—¿Cómo es el trabajo con Ricardo Zielinski, que llegó hace poco, han tenido charlas?
—Me imagino que el ‘Ruso’ en este tiempo está trabajando muchísimo para encontrar el equipo. Tenemos la ventaja de que sumó a Julio Constantin como ayudante, que es el nexo, y es bárbaro porque él conoce a todos los chicos, nos conoce a nosotros y va viendo a quién necesita mover, porque los pibes necesitan competir. Hay una buena comunicación y eso es importante.
—¿En qué momento de tu carrera sentís que estás?
—Maduro. Pasé por muchas situaciones, en esto nunca dejamos de aprender. Cada vez que vamos con los chicos hay algo nuevo por aprender. Estamos bien. Esto de haber pasado algunos partidos con la Primera nos ha dado confianza en el grupo. Lo más importante es el grupo de trabajo, con buena relación, nos probamos y nos sentimos conformes y tranquilos. Con paciencia y seguir enfocados en el lugar en el que estamos para seguir formando y si llega a venir la oportunidad, ahí estaremos.