Todo salió como lo habían soñado. A las 15, bajo el sol cálido de un verano que se despide, Diego Pando Soldati, reconocido entrepreneur (es cocreador de empresas como Brubank y Digital House Coding School) y director de Olimpíadas Especiales Argentinas (como su madre, la recordada Pía Soldati), ayudó a bajar del sulky a su hija mayor, Olivia, la tomó del brazo y caminaron juntos y tranquilos por el imponente parque de La Elina, la antigua estancia familiar ubicada en San Miguel del Monte, a 120 kilómetros de Capital Federal, que originalmente perteneció a Norberto Láinez y su mujer, María Elina Peralta Alvear. En el altar esperaba el novio, Borja Martel Seward, CEO y cofundador de Roxom (una suerte de Wall Street crypto, según distintos medios), que quedó deslumbrado al ver avanzar a la creadora digital y periodista especializada en tecnología con su espectacular traje de encaje bordado (con toques en dorado viejo) de Anushka Elliot que llevó un año de trabajo.
La novia llegó en un sulky e impactó con su espectacular traje firmado por Anushka Elliot (de encaje con toques dorado viejo), que llevó un año de trabajo. Los novios, Olivia y Borja, intercambiaron sus votos: se comprometieron a tratarse con amor, respeto y empatía, trabajar en equipo, cuidarse y divertirse juntos. Epléndida, la mamá de la novia, Maggie Gibson, eligió un traje en rojo y blanco, con una gran flor en el escote. La celebración fue muy emotiva y los amigos de los novios dijeron unas palabras. Dos días antes habían hecho una religiosa, en parroquia Miguel Arcángel, en el pueblo. En el parque de La Elina, la antigua estancia familiar ubicada en San Miguel del Monte, a 120 kilómetros de Capital Federal, que originalmente perteneció a Norberto Láinez y su mujer, María Elina Peralta Alvear. Lulu y Paula Cahen d’Anvers rodeadas por sus hijos, sus sobrinos Julia y Pedro, y por su papá, Johnny Cahen d’ Anvers. Un divertido grupo de familiares y amigas donde se ven, entre otros, a Jerónimo Pando, Anita Bereciartúa, Lula Vacca, Fabiana Persky, Malena Montalembert, Yasmina Soldati, María Freytes y Morita Peralta Ramos. La decoración estuvo a cargo de las chicas de Michelson-Lagos, que usaron flores frescas y naranjas en los centros de mesa. Romina Bianchi (viuda de Rafael Pando Soldati) junto a sus hijas Flor y Juana Pando, que son primas hermanas de la novia. Marcos Miguens y Violeta Juni, íntimos de los novios. La arquitecta y modelo impactó con un vestido de satin con espalda de vértigo. La diseñadora Luna Álvarez Castillo, con total look de estampa animal y botas de caña alta, siguió la ceremonia con primas y amigas, todas sentadas en los fardos que hicieron de bancos. Momento selfie para Ginette Reynal. Romina Bianchi, Carola Harteneck y Fabiana Persky. Johnny Cahen d’ Anvers, con pilcha campera: boina, bombachas de campo y botas de gamuza. La carta de tragos que se sirvieron en la barra. Todos los detalles estuvieron cuidados, como estas cajas de fósforos de recuerdo.
La ceremonia fue muy emotiva, hablaron amigos de los novios y entre los muchos invitados se las vio a Paula y Lulu Cahen d’Anvers y a Santiago Soldati (primas y tío del padrino). Después de leer cada uno sus votos y tras ser declarados marido y mujer, la pareja salió en medio de una lluvia de aplausos y se preparó para disfrutar del fiestón al que, por sus intereses profesionales, llamaron Bitcoinchella.
Un detalle de la invitación.
De la ambientación se encargaron las chicas de Michelson-Lagos y llenaron cada rincón con girasoles y otras flores frescas y frutas como naranjas, que dictaron el hilo conductor cromático de la decoración. El cóctel arrancó a las 17, al aire libre, y los invitados circularon libremente, mientras compartían un exquisito bandejeo de finger food de pie o sentados en livings. Después se unicaron en las mesas (entre otras cosas, se sirvió risotto) y a eso le siguió el dancing pero dentro de una espectacular carpa. De la música se encargó Tomás Fernández Sáenz, que sacó a todos a la pista por horas. La madrugada los encontró a todos disfrutando de un espectacular show de fuegos artificiales, a la altura de una celebración inolvidable.
Ya desde la tranquera se anunciaba la Bitcoinchella, con un pasacalle. Cae el sol en el campo y las luces, en forma de guirnalda, se empiezan a encender. El naranja fue el hilo conductor de toda la decoración. Y las sillas de caña le sumaron onda a las mesas. Josefina Vega y Natalie Paniella se protegieron del sol con sombrillas orientales. El cartel que llevaba a la fiesta. Una imagen panorámica de la comida al aire libre.
Olivia y Borja habían pasado por el Registro Civil el mes pasado, el Día de los Enamorados. Y dos días antes de esta noche mágica, hicieron una ceremonia religiosa en la parroquia San Miguel Arcángel, la iglesia del pueblo, que terminó con una fiesta prewed para los íntimos.