Todo sigue igual en Ballesteros Sud. Es el quinto día de búsqueda y Lian Gael Flores no aparece. Las caras de quienes están a cargo de la investigación y las tareas de rastrillaje van transformándose y muestran que lo que reina en las últimas horas en el operativo es la sensación de preocupación y desconcierto. Mientras tanto, anunciaron una millonaria recompensa por quien aporte datos del chico.
Raúl llega desde el pueblo en su moto al caserío que forman las cuatro familias de inmigrantes bolivianos en torno a los cortaderos de ladrillos que son su único sustento. Allí vive en un terreno cercano a de la familia Flores. Él fue uno de los primeros en enterarse que Lian, el hijo de 3 años de sus vecinos, había desaparecido.
En el tanque de la moto, Raúl traslada una caja de cartón con mercadería en su interior entre la que sobresalen dos botellas de gaseosa y una bolsa con carne vacuna. Dice que está llegando con las cosas para celebrar con su familia que su hijo cumple 16 años.
“Yo vi la camioneta, pero no pude ver para qué lado salió”, asegura ante la pregunta sobre la ruta que tomó el conductor de la «chata blanca» que los vecinos dicen haber visto el sábado a la hora de la siesta.
Este jueves las tareas de la investigación se concentraron en un “peinado” exhaustivo de las cuatro casas de este sector rural de Ballesteros Sud, un pequeño pueblo del este cordobés, a unos 180 kilómetros de la capital. Desde la tarde del miércoles, los fiscales dispusieron cerrar el acceso al predio y solo se puede llegar hasta el camino rural que conecta a este pueblo con Idiazábal, una localidad ubicada a unos 21 kilómetros de aquí.
Entre los vecinos hay quienes sospechan que al niño se lo llevaron a otro lugar y que es probable que para sacarlo hayan utilizado los caminos rurales.
Sarli es una perra de búsqueda que este jueves cumple su segunda jornada de trabajo en el terreno. “Es una perra adiestrada para detectar restos humanos”, advierte su adiestradora y pareja humana en la tarea. De raza Pastor Holandés, es una de las pocas en su tipo en Argentina y este jueves anduvo casi toda la mañana por las plantaciones de soja que rodean los cortaderos. También se metió en las viviendas de la comunidad. No encontró nada.
El equipo de Rescate K9, la brigada canina de Bomberos, está presente desde el primer día en la zona. Hay perros de búsqueda de restos humanos y otros que están adiestrados para encontrar personas con vida.
Por caso, desde el lugar en el que se dispuso la ubicación de la prensa se pudo observar que se inspeccionó también el interior de los hornos en los que se cocinan los ladrillos de barro.
Raúl, el vecino, recordó que el sábado y parte del domingo su casa y la de sus vecinos fue revisada por los agentes con trajes blancos de la Policía Científica, que buscaron cualquier indicio del posible paso del niño cuya desaparición mantiene en vilo al país.
A unos kilómetros de la denominada «zona cero», los buzos del DUAR buscan bajo las aguas del río Ctalamochita desde hace tres días. Sin novedades.
Millonaria recompensa por Lian
Mientras el operativo de búsqueda de Lian volvió a concentrar todos sus recursos en las cuatro casas de las familias bolivianas que se dedican a la fabricación de ladrillos, el Gobierno de Córdoba informó que se dispuso otorgar una recompensa de 20 millones de pesos para quien aporte información detallada y útil para dar con el paradero del niño.
La Provincia aporta 10 millones y la Nación una suma similar para acercarse a una cifra que motive a quienes tengan información del caso y hasta ahora no mostraron interés en darla a conocer.
“La información debe ser comunicada a la línea telefónica gratuita 134”, detallaron desde El Panal, sede del Gobierno provincial.
Allanamientos a «la Abuelita» de Jujuy
En otro lugar del país, lejos del epicentro de la búsqueda, la causa por la desaparición de Lian Flores provocó un movimiento en la Justicia.
José Alfredo Blanco, fiscal de la ciudad jujeña de Perico, allanó la casa de la mujer a la que la comunidad boliviana de Ballesteros Sud le llama “la Abuelita”.
Según detalló el diario El Tribuno de Jujuy, se trata de una mujer que se identificó como Teodolina Ch (74), que se presentó como curandera y reconoció que suele viajar a Córdoba a visitar las comunidades de inmigrantes.
El fiscal afirmó que el día de la desaparición del niño, fue captada por las cámaras abordando un micro en la Terminal de Córdoba con destino a la provincia de Jujuy.
Y detalló que se le secuestraron celulares, una agenda, un bolso con ropa y el ticket con el pasaje del viaje a Córdoba.
«Consultamos a la Fiscalía de Córdoba si se procedía a la detención de la mujer y nos respondieron que no”, afirmó Blanco que agregó: “En la entrevista la mujer expresó que no tiene parentesco con el niño desaparecido».
Lo que se sabe en Ballesteros Sud es que la pista de la curandera ya casi fue descartada porque la mujer aparece en los videos de cámaras de seguridad en la Terminal de Ómnibus de Córdoba. Se la vi sola y con un bolso grande en el que llevaba ropa.
Al parecer la mujer asistió en la comunidad boliviana a unos jóvenes que se accidentaron en una moto y resultaron con heridas. A cambio, recibió ropa para llevar a su comunidad en Perico, Jujuy.
Sin paz
Toto dice que le costó dormir en los últimos días. Vive en Ballesteros, un lugar donde casi nunca pasan cosas graves y de repente, esto de verse en los canales de noticias en tiempo real, horas y horas. Es que, si bien Ballesteros y Ballesteros Sud son dos municipios distintos, tienen la misma idiosincrasia y las vidas de su gente se entrecruzan de forma permanente.
Toto está arreglando un cantero que se ubica en el centro de la avenida principal del pueblo. El espacio es pequeño, de unos metros y luego hay autos que se estacionan en el medio de la calle; sí, en el medio.
“Acá nos conocen por esto y porque es el pueblo en el que nació «el Perro» (Javier) Arbarello, una gloria de Belgrano y de San Lorenzo. Recién acaba de pasar”, dice el hombre que lleva el escudo del municipio impreso en la remera.
“Imaginate, no se habla de otra cosa y es muy difícil pensar que aquí haya pasado algo tan grave”; dice.
En un banquito ubicado al lado de un campo de deportes, tres amigos charlan sin apuro. Antonio, Alberto y Aureliano tienen entre 74 y 92 años y llegaron en sus bicicletas a este cónclave pueblerino en el que el tema es el mismo: Lian.
“Para mí, el niño ya no está más acá”, dice uno de los hombres que asegura que nunca pensó en que una cosa similar sucediera en su pueblo.
Cacho es vecino del Cuartel de Bomberos de Ballesteros y sacó a pasear a su perrita salchicha al a que malcría sin culpa.
No hace falta preguntarle nada. Apenas se acerca, asegura que en Ballesteros nunca pasó algo así. “Hay que ver si no se no se lo llevaron por un camino rural”, dice.
El Cuartel es el lugar de descanso, el comedor y el sitio donde se coordinan las tareas conjuntas entre las fuerzas que intervienen en la búsqueda de Lian. En el comedor hay agentes de la Policía de Córdoba, de la Federal, militares y bomberos voluntarios. Y es la primera vez que se ve algo así.
Córdoba. Especial
MG