Tal como había anticipado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, comenzó a regir el alto al fuego entre Israel y Hezbollah. Es la primera tregua en el conflicto que comenzó con los ataques del 7 de octubre en manos de Hamás y que se recrudeció con la intervención del grupo terrorista libanés. Según creen líderes del mundo, podría significar el final del enfrentamiento bélico.
Los términos del trato se realizaron a partir de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, mediante la cual Israel y Hezbollah pusieron fin a su guerra en 2006.
En teoría, el acuerdo consiste una pausa de 60 días en la lucha bélica. Las tropas israelíes se retirarían a su lado de la frontera, mientras que Hezbollah cesaría su presencia armada en una franja del sur del Líbano. El trato comenzó a funcionar a partir de la madrugada de la hora local, tal como había adelantado el presidente estadounidense Joe Biden, quien se mostró alegre de haber diseñado un “cese permanente de hostilidades”.
“Me complace anunciar que sus gobiernos han aceptado la propuesta de Estados Unidos de poner fin al devastador conflicto entre Israel y Hezbollah”, señaló el mandatario demócrata en un discurso en el que también agradeció al presidente francés, Emmanuel Macron, su “colaboración” para cerrar el acuerdo entre las partes.
En el pacto, Estados Unidos cumplirá un rol crucial: será líder del panel internacional que supervisará el cumplimiento de todas las partes. En tanto, miles de efectivos libaneses y cascos azules de la ONU se desplegarán en la región al sur del río Litani.
Tras casi 14 meses de combates, Netanyahu aceptó un cese al fuego, siempre y cuando el los líderes de Hezbollah no rompan el trato y respeten lo pactado. “Por cada violación [del acuerdo], atacaremos con fuerza”, advirtió el funcionario el martes por la tarde.
En contrarrespuesta a la mirada del primer ministro israelí, un líder de Hezbollah dijo que el apoyo al trato dependerá de que Israel claramente cese sus ataques. Mahmoud Qamati, vicepresidente del consejo político del grupo, afirmó a la cadena de noticias qatarí Al Jazeera: “Después de revisar el acuerdo firmado por el gobierno enemigo, veremos si hay una coincidencia entre lo que declaramos y lo que acordaron los funcionarios libaneses”. Además, sumó: “Queremos poner fin a la agresión, por supuesto, pero no a expensas de la soberanía del Estado”.
El ejército israelí advirtió a los residentes del sur del Líbano que no se acerquen a las posiciones de las Fuerzas de Defensa de Israel. “Con la entrada en vigor del acuerdo de alto el fuego y en base a sus disposiciones se les prohíbe dirigirse hacia las aldeas que las FDI han ordenado evacuar o hacia las fuerzas de las FDI en el área”, dijo Avichay Adraee, portavoz del ejército, en una publicación en X. El trato obligó a decenas de miles de personas en Israel y a cientos de miles más en el Líbano a huir de sus hogares.
Por su parte, Israel bombardeó Beirut momentos después de que Biden dijera que Israel y Hezbollah alcanzaran el acuerdo de cese al fuego, y dejaron un saldo de 10 muertos. Las tropas de las FDI desembarcaron en el río Litani en su invasión terrestre del Líbano el martes, siendo la primera vez desde la segunda guerra, de 2006, que los soldados israelíes llegan a esa zona.
Estados Unidos, la Unión Europea, Naciones Unidas y el G-7 presionaban desde hace días para un alto el fuego entre Israel y la formación libanesa, respaldada por Irán, y, finalmente, Netanyahu aceptó el martes y lo informó a su gabinete. “Hemos hecho retroceder a Hezbollah décadas”, afirmó el primer ministro y dejó en claro: “El acuerdo de alto el fuego ahora significa que nos centraremos en la amenaza iraní”.
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Con información de AP y AFP.
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